viernes, 3 de febrero de 2012

Seis normas para prepara su infarto




Seis normas para preparar su infarto

Cúmplanlas al pie de la letra y pronto su corazón dejara de latir...

PRIMERA.-
Su trabajo antes que nada. Los asuntos personales son secundarios. Entréguese de lleno a su trabajo, piense sólo en producir, ésta es su clave. Usted tiene que ser un hombre o mujer de éxito... ¡aunque lo disfrute en el cementerio!

SEGUNDA.-
Vaya a su oficina los sábados por la tarde. Nada de descanso, nada de cine, nada de canas al aire. A lo mejor el trabajo del sábado le reporta algunos dólares que le servirán cuando le dé el anhelado infarto.

TERCERA.-
Por las noches es peligroso ir a la oficina, lo pueden atracar, y es mejor que lleve el trabajo a su casa. Cuando todos duermen, usted puede trabajar a sus anchas.

CUARTA.-
Nunca diga no a lo que piden que haga. Métase en todos los comités, consejos, comisiones, vaya a todas las reuniones. ¡Demuestre que es el mejor! Métase en todas las asociaciones a las que pertenecía su padre.

QUINTA.-
Usted es de acero, no tome vacaciones, ya las tomará cuando muera. El cementerio es un buen hotel de reposo. No hacen ruido.

SEXTA.-
Si tiene que viajar, por su trabajo claro está, trabaje noche y día, ponga cara de angustia, no duerma, grite, trate mal a sus subalternos. Usted es el Jefe. Usted manda. ¡Todos sus empleados irán a su entierro...!  ¡Pero para constatar que haya quedado bien enterrado!

"Aquí yace Inocencio Romero.
De joven, gastó su salud para conseguir dinero.
De viejo, gastó su dinero para conseguir salud.
Sin salud y sin dinero...
¡Aquí yace Inocencio Romero!"

Autor desconocido.

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