martes, 3 de diciembre de 2013

Pornografía - Como vencer la adicción


Pornografía - Como vencer la adicción

Hay muchas declaraciones de la Biblia que me son difíciles de entender a primera vista. Por ejemplo esta: “Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno. Y si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala, y échala de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno” Mateo 5:29-30

Estas palabras fueron pronunciadas nada más y nada menos que por Jesús; y fueron dichas en el contexto de lo que define como la violación al séptimo mandamiento de la Ley de Dios que dice: “No cometerás adulterio”

Estoy seguro que si interpretáramos literalmente esas palabras, habría “piratas” por doquiera, como los de las películas, con un ojo tuerto y un gancho en lugar de una mano. Y de esto no se escapa tanto hombres como mujeres.

Para apreciar ese consejo aún más, leamos el contexto en el que fue dicho dos versículos antes. “Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón” Mateo 5:27-28

Casi puedo ver una referencia futura al “ojo” que mira a una pantalla, una revista o un video de una mujer desnuda para codiciarla, y la “mano” generalmente derecha que hace click en un mouse, o que paga su boleto para entrar a esos lugares o que es usada para autogratificarse mientras contempla con lujuria al objeto de su placer: se llama pornografía.

La industria pornográfica a escala mundial se calcula en más de 30 billones de dólares anuales. Solo en Estados Unidos se estima en unos 13 billones por año. Todos los medios de comunicación han sido invadidos por este fenómeno de depravación social: televisión, cine, internet, celular, líneas telefónicas, dan fácil acceso a material pornográfico en cuestión de minutos. A partir de la década de los 80's el consumo de pornografía se ha multiplicado astronómicamente a partir de varias decisiones de cortes estatales que consideran la restricción de la pornografía como una violación a la libertad de expresión.

Lo peor de todo es que ya no está limitada a material con adultos protagonistas. La pornografía infantil es férreamente perseguida por las autoridades federales; pero aun así, los niños siguen siendo explotados en este tipo de vicio adictivo. A propósito de niños, es desafortunado que también nuestros niños pueden tener acceso por medio de la internet cuando están haciendo sus tareas escolares. Entonces, comienzan con el vicio a muy temprana edad.

La pornografía se define como toda actividad que usa materiales, fotos o actos sexuales, con el propósito de provocar la excitación sexual. Esto se puede lograr de muchas maneras, viendo una película llena de erotismo, leyendo una revista con imágenes sensuales, oyendo historias eróticas, y bailes eróticos.

¿Cuáles son los efectos de la pornografía? En términos generales, todo hombre que se esclavice con la pornografía tendrá una percepción irreal de lo que es la sexualidad y en base a esa ficción que existe solo en su mente, se relacionara con su pareja. Se mostrara insensible a los sentimientos de amor de la pareja por cuanto ve a la mujer como un instrumento de placer o como un objeto sexual.

Al respecto, investigadores de la “Fundación Nacional para la Investigación y Educación de la Familia de los Estados Unidos”, explican que al estar expuestos constantemente a la pornografía seremos más propensos a desarrollar tendencias y/o conductas sexuales distorsionadas, como las adicciones sexuales o parafilias (trastornos sexuales)

Por otro lado, la Asociación de Andrología y Medicina Sexual publicó en la revista Psychology Today que “los jóvenes que consumen pornografía con regularidad desde la adolescencia tienden a padecer disfunción eréctil y pérdida de deseo cuando alcanzan los 25 años. Los usuarios de pornografía, tras muchos años de consumo, terminan por ‘adormilar’ la respuesta natural de su cerebro a la estimulación sexual”. Por ello, la pornografía, podría disminuir la felicidad sexual de una persona.

Diversas investigaciones sobre esta materia informan que aquellas personas que estuvieron expuestas a la pornografía no violenta, expresaron una menor satisfacción con la apariencia física, el afecto, la curiosidad y el desempeño sexual de su pareja. También estaban más inclinadas a asignar una mayor importancia al sexo, sin un compromiso emocional.

El afamado escritor John Flynn, escribió un artículo sobre el tema de los daños que la pornografía producía y los resume así:

• Se trata de algo potencialmente adictivo. Como tal puede obstaculizar la capacidad de una persona para tomar decisiones claras;

• Puede distorsionar poderosamente la visión de una persona sobre cuerpos, relaciones y sexualidad.

• Lleva a la gente a cosificar a los demás, viéndolos como juguetes sexuales que existe sólo para su propia satisfacción;

• La influencia distorsionadora de la pornografía disminuye las oportunidades de los jóvenes de tener seguridad en sí mismo, ser felices y crear relaciones duraderas en el futuro.

• Afecta por tanto su capacidad de ver la vida de forma verdadera, provechosa y sana».

Desde una perspectiva cristiana, la pornografía es una violación al séptimo mandamiento. Pero Cristo aclaró que es posible pecar de una manera más sutil. Donde quiera vamos, el mercado, la oficina, una fiesta y hasta en la iglesia, mientras cantamos y oramos, tanto hombres y mujeres podríamos tener la tentación de estar mirando con ojo codicioso a una mujer o a un hombre, y cometer adulterio en el corazón, violando así el mandamiento. Porque el problema está, no en el ojo o en la mano, sino en el corazón (la mente). La Biblia dice “Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él” Proverbios 23:7. Cuando ya el ojo y la mano entran en acción concreta, es porque desde hace mucho, la mente y el corazón han estado muy activos, y sin dominio o supervisión de una voluntad dirigida por principios morales.

En mi opinión, cuando Cristo habló de sacarse un ojo o de cortarse una mano, lo que él quiso decir, es que así como estamos dispuestos a hacer sacrificios extremos hasta estar dispuestos a perder un ojo o un brazo a fin de escapar con vida de una enfermedad letal, así hemos de estar dispuestos a pagar el precio que sea a fin de escapar de esa enfermedad moral del alma que es la corrupción de la mente.

Un alpinista de Colorado, Aron Ralston, nos ilustra esto, cuando a sus 27 años, por un error o accidente, su brazo derecho quedo atrapado por una piedra en el cañón Blue John, cerca de de Moab, Utah. Después de días y sus noches, sufriendo una terrible sed y deshidratación, se dio cuenta que solo una medida drástica podía salvarle: cortarse el brazo. Con su navaja solo pudo cortar músculos, tendones y carne, pero no pudo cortar su hueso. Así que, con una piedra que alcanzo con su mano izquierda, quebró a como pudo sus huesos en medio de dolores intensos y se arrastró hacia fuera del túnel donde estaba atrapado. Milagrosamente alguien pasaba por allí, y lo ayudo llamando a la ambulancia.

La pornografía esclaviza a muchos seres humanos, incluyendo a hombres y mujeres religiosos que dicen conocer a Dios. Sabemos que señalar el problema es fácil; lo que necesitamos es soluciones. Y la solución para el problema de la adicción a la pornografía no es simple, ni sencilla; sin embargo, es posible.

Reconocemos que el hombre no tiene solución al problema del pecado. Somos tan impotentes para vencer las malas tendencias del corazón, como lo seriamos para cambiarnos el color de la piel. La Biblia dice al respecto: “¿Mudará el etíope su piel, y el leopardo sus manchas? Así también, ¿podréis vosotros hacer bien, estando habituados a hacer mal?” Jeremías 13:23

Si bien, algunos pueden cambiar su conducta externa y aprender del dolor y de las consecuencias desastrosas de vicios y adicciones de esa naturaleza, las tendencias del corazón humano solo pueden ser refrenadas por el Espíritu Santo en nuestro corazón. Si usted está adicto a la pornografía, busque la ayuda de Dios y de consejeros sabios que le ayuden. Como Job haga un pacto con sus ojos.

De él se escribe: “Hice pacto con mis ojos; ¿Cómo, pues, había yo de mirar a una joven?” Job 31:1. Los comentadores creen que Job se refiere aquí a que había hecho un pacto consigo mismo, con sus ojos, para no contaminar su mente viendo el cuerpo desnudo de mujeres jóvenes.

Quien desea liberarse de esta plaga social debe comenzar con una firme decisión de apartarse de esa conducta destructora de la salud física y mental. Es importante entonces no exponernos a lugares, material impreso, películas o websites que usen el cuerpo humano, especialmente de la mujer, como un medio de explotación sexual que provoca pensamientos de lujuria y lascivia. Una buena idea es poner un bloqueo en su computadora para que ningún niño ni adulto tengan acceso a esta tentación.

Así como Job pudo, nosotros podemos con la ayuda de Dios, proponernos hacer nuestra parte, y Dios cumplirá la suya. En Isaías 26:3, dice: “Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado”.

Un corazón esclavo de la pornografía no tiene paz. Nuestros pensamientos deben ser disciplinados para llevarlos a las cosas santas y puras. Solo Dios puede hacer eso. La meta es hallar deleite en las cosas llenas de virtud. “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.” Filipenses 4:8
— en SDA Church Centro Cristiano de la Comunidad. Pastor Norris Custodio