viernes, 3 de febrero de 2012

La Idolatria Cristiana



¿Rendimos culto a nuestras propias ideas con respecto a Dios, por encima de la verdad acerca de Dios?

                   Desde el punto de vista de un alcohólico en un barrio de baja categoría, pero de acuerdo a su creencia de haber sido salvado cuando aceptó a Cristo, y elevado ahora a la posición de un pastor, el caballero con el cual estaba hablando, declaró enfáticamente que no importaba cómo había vivido, aun si volvía a la vida de un alcohólico, él estaba salvo. Repitiendo en forma vehemente este sentimiento, él salió por la puerta del frente, cerrándola ruidosamente mientras se marchaba. Habíamos estado discutiendo el tema de la salvación a través de Cristo y la teología de que una vez que somos salvos siempre somos salvos, junto con los requerimientos bíblicos necesarios para permanecer en una relación salvadora con el Señor. Por supuesto, la ley, la gran norma moral divina, entró en la discusión, lo cual fue la causa de la precipitada y abrupta salida del ministro. Él estaba demostrando la reacción natural de alguien que cree que la ley fue clavada en la cruz, suprimiendo, por consiguiente, nuestra obligación de obedecer, especialmente en la observancia del sábado del séptimo día. Estudiando el mismo tema con mi hermana que es Pastora de la iglesia los Nazarenos, también salió de la discusión, diciendo que ella era salva sin tener que guardar la ley, solamente por fe y que no era necesario guardar el cuarto mandamiento. ¿Qué cree usted? ¿Quién tiene la razón la mayoría o la minoría que todavía obedece la Palabra de Dios?
                   Las Escrituras están repletas de la historia idólatra de Israel. Aun en la inmediata presencia de Dios al pie del Sinaí, las inclinaciones pecaminosas de la humanidad se manifestaron en una forma patente. Así ocurre hoy en día en el mundo espiritual, la humanidad está sumida en la adoración idólatra, ya sea que estén  conscientes de esto o no. “Al rechazar la verdad, los hombres rechazan al Autor de ella. Al pisotear la ley de Dios, se niega la autoridad del Legislador. Es tan fácil hacer un ídolo de las falsas doctrinas y teorías como tallar un ídolo de madera o de piedra”. Al representar falsamente los atributos de Dios, Satanás induce a los hombres a que se formen un falso concepto con respecto a él. Muchos han entronizado un ídolo filosófico en lugar de Jehová, mientras que el Dios viviente, tal cual está revelado en su Palabra, en Cristo y en las obras de la creación, no es adorado sino por un número relativamente pequeño. Miles y miles deifican la naturaleza al paso que niegan al Dios de ella. Aunque en forma diferente, la idolatría existe en el mundo cristiano de hoy tan ciertamente como existió entre el antiguo Israel en tiempos de Elías. El Dios de muchos así llamados sabios, o filósofos, poetas, políticos, periodistas el Dios de los círculos selectos y a la moda, de muchos colegios y universidades y hasta de muchos centros de teología no es mucho mejor que Baal, el dios–sol de los fenicios. Ninguno de los errores aceptados por el mundo cristiano ataca más atrevidamente la autoridad de Dios, ninguno está en tan abierta oposición con las enseñanzas de la razón, ninguno es de tan perniciosos resultados como la doctrina moderna que tanto cunde, de que la ley de Dios ya no es más de carácter obligatorio para los hombres. Proverbios 28:9 fortalece la declaración mencionada anteriormente: “El que aparta su oído para no oír la ley, su oración también es abominable (idolatría).”
                   Este versículo revela la importancia de la obediencia debida a la gran regla moral divina, su ley, la cual es la norma del universo. Porque ésta es la ley de amor, la revelación  del amor eterno de Dios y su carácter. Aquí tenemos una información sólida, la cual expone el engaño de la teología de pecar y vivir, la mentalidad de que una vez que somos salvos, somos siempre salvos. A quienes afirman que la obediencia a la ley ya no es obligatoria, Dios les dice que aun sus oraciones él las considera como idolatría y abominación. El así llamado mundo cristiano de hoy, está profundamente arraigado en la idolatría de falsas doctrinas y teorías y no está dispuesto a reconocer los reclamos obligatorios de las leyes de Dios como están relacionadas con el Evangelio eterno.
                   El Poder de Dios En Romanos 1:16–17, el fiel apóstol Pablo revela la unidad de la ley y el evangelio: “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es potencia de Dios para salud a todo aquel que cree; al judío primeramente y también al griego. Porque en él la justicia de Dios se descubre de fe en fe; como está escrito: Mas el justo vivirá por la fe.” ¿Qué está Pablo realmente diciendo aquí? Lo que él ha escrito anuncia el fin de la filosofía de pecar y vivir, porque él asocia con el evangelio tanto la ley como la salvación mediante la gracia a través de la fe. La esencia del Evangelio revelada en esos textos es, que el evangelio es una demostración del poder de Dios para librar del poder y la penalidad del pecado, mediante el poder justificador y santificador de Cristo, y su prometido don del Espíritu Santo. Liberación del poder del pecado aquí y ahora, y de su penalidad cuando el tiempo se encuentre con la eternidad, es de lo que se trata el glorioso Evangelio de Cristo. Este es el resultado de la persona convertida aferrándose por la fe a las muchas y preciosas promesas que se encuentran en la Escritura y aplicándoselas a la vida de él o de ella. Como lo ha hecho Pablo, asimismo Pedro también revela esta maravillosa verdad en el capítulo uno de su carta a los fieles a quienes él les da la seguridad de“una herencia incorruptible, y que no puede contaminarse, ni marchitarse, reservada en los cielos. Para nosotros que somos guardados en la virtud de Dios por fe, para alcanzar la salud que está  aparejada.” 1 Pedro 1:4–5.

        La Terquedad es Igual que la Idolatría.

                   El terco rechazo de la obediencia a la ley de Dios por parte del profeso mundo cristiano, especialmente hacia el sábado del cuarto mandamiento, es considerado por Dios como iniquidad e idolatría. “Y Samuel dijo: ¿Tiene Jehová tanto contentamiento con los holocaustos y víctimas, como en obedecer a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que el sebo de los carneros. Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría el infringir. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey.” 1 Samuel 15:22–23. En vez de salir de la casa airadamente, hubiera sido mucho mejor para el pastor que creía que una vez que era salvo sería siempre salvo, seguir el consejo de Pablo: “Por tanto, amados míos, huid de la idolatría.” 1 Corintios 10:14.

      La Perfección del Carácter.

                   Tristemente, hoy en día,la idea de la victoria sobre el pecado y la perfección del carácter están siendo rechazada y la filosofía de pecar y vivir está siendo promovida. Sin embargo, los cinco primeros versículos de Apocalipsis 14 rechazan esta teología. Porque los sellados, el grupo fiel que se describe allí, son aquellos que serán trasladados a la segunda venida de Cristo. En Apocalipsis 7 se muestra al mismo grupo que es sellado antes del cierre de la gracia.
ü Son descritos como estando ante Dios sin ninguna falta.
ü Le permitieron a la levadura de la verdad que hiciera su obra en ellos.
ü La levadura de la verdad efectúa un cambio en todo el hombre:
ü Convirtiendo al rústico en refinado,
ü al áspero en amable,
ü al egoísta en generoso.
Por su medio el impuro queda limpio, lavado en la sangre del Cordero. Por medio de su poder vivificante, hace que la totalidad de la mente, el alma y las fuerzas quede en armonía con la vida divina. El hombre con su naturaleza humana llega a ser partícipe de la divinidad. Cristo es honrado con la excelencia y la perfección del carácter. Esta será la experiencia de todos los que sean encontrados entre ese grupo de fieles sellados, porque han caminado por la senda de la obediencia siguiendo el consejo que Pablo da en Romanos 13:11–14: “Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora nos está más cerca nuestra salud que cuando creímos. La noche ha pasado, y ha llegado el día; echemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de luz. Andemos como de día, honestamente, no en glotonerías y borracheras, no en lechos y disoluciones, no en pendencias y envidia. Mas vestíos del Señor Jesucristo, y no hagáis caso de la carne en sus deseos.” Romanos 13:11–14.
Es “Cristo en vosotros, la esperanza de gloria” (Colosenses 1:27), el que revelará su carácter a un mundo saturado de idolatría espiritual y brujería. El Sendero Hacia el Paraíso ¿Cuándo aprenderán los hombres que Dios es Dios, no un hombre, y que él no cambia? Toda calamidad, toda muerte, es un testigo del poder del mal y de la verdad de un Dios viviente. La Palabra de Dios es vida, y permanecerá para siempre. A través de toda la eternidad se mantendrá firme. ¿Cómo puede el hombre, sabiendo lo que Dios es y lo que ha hecho, escoger el  camino de Satanás en vez del camino de Dios? Hay solamente un sendero hacia el Paraíso restaurado el sendero de la obediencia. La mayoría de los habitantes de la tierra ha escogido el camino de Satanás. El ministro que mencionamos al comienzo de este artículo es el ejemplo principal de la ceguera espiritual que impera en el mundo de hoy, pero en contraste marcado con esta multitud se destaca un pequeño grupo que no se desviará de su fidelidad a Dios. ‘Aquí están los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.’ Apocalipsis 14:12. “Esos son aquellos de los cuales habla Isaías: ‘Y edificarán los de ti los desiertos antiguos, los cimientos de generación y generación levantarás; y serás llamado reparador de portillos, restaurador de calzadas para habitar.’ Isaías 58:12. Se abrió una brecha en la ley de Dios cuando el sábado fue cambiado por el poder romano. Pero el tiempo ha llegado para que esa institución divina sea restaurada. La brecha ha de ser reparada, y los cimientos de muchas generaciones han de ser levantados. Y este mensaje es el último que será proclamado antes de la venida del Señor. Siguiendo inmediatamente su proclamación, el profeta ve al Hijo del Hombre viniendo en gloria para recoger la cosecha de la tierra.
                  Que usted pueda, querido lector, tener el bendito privilegio de encontrarse entre el remanente fiel que dará la advertencia final a los habitantes de este planeta oscurecido por el pecado, y finalmente, trasladado, estar en pie sobre el mar de vidrio cantando el cántico de victoria, el cántico de Moisés y del Cordero. Apocalipsis 15:1–4.
http://apocalipsis18-4.com/

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