jueves, 5 de enero de 2012

8.LA LEY, LA GRACIA Y LA SALVACION

“Descubriendo los Misterios de Genesis - Un Estudio sobre el Principio y el Fin en la Biblia” es un curso Biblico que tiene como proposito explicar las grandes profecias de la Biblia desde la perspectiva del libro de Genesis. Usted se maravillara de la forma clara, sencilla y profunda en que el pastor Esteban Bohr explica estas profecias.En esta página podrá escuchar el tema o puede también bajarlo a su computadora para que lo pueda estudiar. Son 38 temas en esta página empezaremos con el primer tema “LA LEY, LA GRACIA Y LA SALVACION”

LA LEY, LA GRACIA Y LA SALVACION

Vamos a comenzar en este momento nuestro estudio en el libro de Génesis en el capítulo 1 y el versículo 31.
Es la conclusión de la semana de la creación. En realidad es la conclusión
del sexto día, es la terminación de la obra que hizo Jesús, y claro descansó el séptimo día.
Pero al concluir el trabajo el sexto día quiero que noten cómo Dios vio lo que había hecho.

Dice allí, "Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto".
¿Cuántas cosas malas hizo Dios en la creación?
Ninguna.
Todo lo que hizo Dios en la semana de la creación fue bueno, y no solo bueno, sino bueno en gran manera.
Pero Dios les advirtió a Adán y Eva de que había un árbol en el huerto del cual no debían comer. Y que si comían de ese árbol el resultado iba a ser pecado.
Y el fruto final del pecado iba a ser la muerte.
Noten lo que dice en Génesis el cap. 2 y los vers. 16 y 17 que hemos leído antes.
"Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás".
Es decir, Dios le dijo a Adán y Eva, si ustedes comen del arbol el mal va a entrar al mundo donde yo hice solamente el bien. Y todos sabemos la triste historia o si no, no estaríamos aquí.
Adán y Eva escogieron comer del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal. Inmediatamente comieron ellos, se produjo un cambio en este mundo. Donde antes todo era bueno ahora penetró a este mundo el mal.
Surgió la división. Eso ve por el hecho de que cuando Dios viene y le habla a Adán y le pregunta, qué ha hecho, Adán dice, "la mujer que tú me diste me dio de comer y yo comí".
Cuando viene a la mujer, la mujer le dice, "la serpiente que tú hiciste me dio del fruto y yo comí".
Fijense, que aquí estan ya todos contra todos. Adán contra Eva, Eva contra Dios, Adán contra Dios, ahora surge la discordia.
Ahora se ha realizado un cambio en la orientación del hombre. Donde antes la orientación del hombre era solamente el bien. Su único interés era el bienestar de los demás, ahora Adán y Eva y sus descendientes se volvieron egoístas.
En vez de su enfoque estar sobre Dios y sobre sus semejantes, ahora el único enfoque era sobre sí mismos.
Es decir, se volvieron ególatras. Se volvieron egoístas, el centro del enfoque ahora llegó a ser el yo. Es decir, hubo un cambio radical en la orientación del corazón de Adán y Eva y sus descendientes.
Quiero que notemos en el libro de Génesis. cómo es que el corazón, el hombre interno dicta lo que sucede en terminos de nuestras acciones en nuestra vida.
Donde antes las acciones eran buenas porque el corazón era bueno, ahora las acciones llegan a ser malas porque el corazón es malo.
Donde antes el corazón estaba inclinado hacia el bien, ahora el corazón se inclina hacia el mal.
Vamos a notar este fenómeno en el libro de Génesis. Génesis el cap. 4 y el vers. 8 nos habla del primer asesinato de la historia, cuando Caín mato a su hermano Abel.

Cometió la acción de asesinato.
Pero saben que la acción no era el problema. Vayan conmigo a 1 S. Juan 3:12, 15.
Dice el versículo 12, "No como Caín, que era del maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué causa le mató?
Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas".
Aquí nos dice que Caín era del maligno y mató a su hermano.
Ahora, ¿qué vino antes de que Caín matara a su hermano?
Noten el versículo 15. Dice, "Todo aquel que aborrece a su hermano es" ¿qué? "homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él'.
¿Qué es lo que viene antes de la acción del asesinato?
Dice aquí que viene el odio. El que aborrece, fijense que dice, "el que aborrece a su hermano es homicida".
No dice el que aborrece a su hermano posiblemente algun día lo mate o cometa la mala acción.
Dice el que odia o el que aborrece a su hermano, en el momento de aborrecerlo, ¿qué pasa?
Es homicida. ¿A dónde comienza entonces el homicidio?
No comienza con una mala acción sino que comienza con una actitud del corazón, el aborrecimiento o el odio. Y el odio en el corazón finalmente fructifica y produce ¿qué cosa? Produce las malas acciones y si el corazón está torcido, las acciones ¿serán qué? Torcidas también.
Noten otro ejemplo en el libro de Génesis. Gen. 6:5. Estaba hablando de la civilización antes del diluvio y noten la descripción tan lobrega que se da de esta gente.

¿A dónde estaba el problema? Dice, "todo designio de los pensamientos del" ¿qué? "corazón, era del continuo solamente el mal".
Esos malos sentimientos en el corazón, ¿a qué llevaron?
Noten el capítulo 6:11, 12. El fruto de todo designio del corazón siendo el mal. Dice, "Y se corrompió la tierra delante de Dios, y estaba la tierra llena" ¿de qué? "de violencia.
Y miró Dios la tierra, y he aquí que estaba corrompida; porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra".
Yo pregunto, ¿a dónde comenzo la corrupción? ¿Con las malas acciones o con el mal pensamiento del corazón? Fue con el pensamiento del corazón, con las intenciones, con las motivaciones.
El problema era con el corazón interno que llevó ¿a las malas qué? a las malas acciones.
Noten también lo que dice Gen. 8:21 sobre el problema del corazón. Esto es después del diluvio.
Y Noe ofreció un sacrificio. Y dice, "Y percibió Jehová olor grato; y dijo Jehová en su corazón:
No volveré más a maldecir la tierra por causa del hombre"; ahora escuchen esto, "porque el intento del corazón del hombre es" ¿qué cosa? "malo desde su juventud; ni volveré más a destruir todo ser viviente, como he hecho".
¿A dónde está el problema del hombre?
Dice, "el intento del corazón del hombre es malo desde su juventud". ¿Dónde está el problema? ¿Con las malas acciones o con un corazón egoísta y malo?
El problema, mis queridos amigos y hermanos, el problema es con el corazón. Las intenciones internas, las motivaciones internas que llevan a cometer malas acciones.
Tomemos un ejemplo mas del libro de Génesis. Gen. 27:41, aquí Jacob le acaba de quitar la primogenitura a su hermano Esaú.
Y quiero que noten la reacción de Esaú.

Dice allí en Gen. 27:41, "Y aborreció Esaú a Jacob por la bendición con que su padre le había bendecido, y dijo en su corazón: Llegarán los días del luto de mi padre, y yo mataré a mi hermano Jacob".
Yo pregunto, ¿qué vino primero? ¿La intención de matar o el asesinato?
La intención de matar. El problema ¿era con qué cosa? Con sus intenciones, las intenciones internas del corazón.
Es decir, el problema con el pecado es que el pecado torció el corazón del hombre.
Cambió la dirección del corazón del bien hacia el mal.
Torció el corazón.
Torció las intenciones, las motivaciones.
Y donde antes salía todo lo bueno del corazón ahora en el corazón había mal y por lo tanto las acciones eran malas.
Por eso nos dice en el libro de los Salmos, el Salmo 51 si quieren ir conmigo allí, y el versiculo 5, algo muy interesante en cuanto a todos los que nacemos en este mundo.
Dice en el vers. 5, "He aquí, en maldad he sido formado, Y en pecado me concibió" ¿quién? "mi madre".
¿Desde cuándo nacimos torcidos? Aun antes del nacimiento.
Nos torcemos desde el momento de ¿nuestra qué? De nuestra concepción, como fruto del pecado de Adán. Fuimos concebidos en pecado. Somos egoístas aun antes de concientemente saberlo.
Permítanme darles un ejemplo. No hay nada en el mundo mas egoísta que un bebé. ¿Qué pasa si usted no le da al bebé la leche cuando el bebé cree que debe darsele la leche?
Ah, el bebé dice, mamá por favor ¿me das leche? No, no. ¿qué hace? Llora. Y si todavía no le dan la leche, ¿qué hace? grita. Y si todavía no le dan la leche ¿qué? patalea.
Porque para ese bebe no hay nada en el mundo que exista sino ¿quién? sino él solamente. Y luego ese bebé crece. Llega a tener unos dos o tres años, y vamos a darle aquí un poquito de propaganda a Walmart, y los padres lo llevan allá a Walmart y el niño va al departamento de juguetes y encuentra un camionsito que le gusta y va donde la mamá y le dice mamá, en su idioma asi de bebe, "yo quiero este camionsito". Y la mamá le dice, "Juanito hoy no". Y dice, "yo quiero este juguete, yo quiero este camión". No, no Juanito, hoy no. Dice, "ah bueno está bien no hay problema". ¡Oh, ustedes saben que no! Juanito empieza a hacer ¿qué? Empieza a llorar y empieza a gritar.
Y si la mamá todavía le dice que no se tira al suelo y empieza a patalear y empieza a dar vueltas. "¿Quién es mi mamá para decirme que yo no puedo tener este camión"? Y es aun antes que el niño entienda plenamente que es egoísta. Y luego Juanito crece y se casa con Julieta y a los seis meses empiezan los problemas.
Dice Juan, "ella no me plancha la ropa, ella me quema el arroz. Cuando llego a la casa no está bien arreglada". ¿Qué se denota en esa actitud? El yo. "Ella no sabe tratarme a mí. ¿Acaso no sabe quién soy yo"? ¿Dónde está el problema?
El problema es que nosotros fuimos ¿qué? Concebidos en pecado. Y el pecado tuerce el corazón hacia el mal.
Noten lo que dice Jeremías 17 y el versículo 9. Aquí Jeremías conocía muy bien la situación del corazón humano.
Dice esto, "Engañosos es el corazón más que todas las cosas", ¿ qué? "y perverso; ¿quién lo conocerá? ¿Qué es el corazón según Jeremías?
El corazón es ¿qué cosa? Perverso. Porque el corazón nace perverso. En Proverbios el capítulo 28 y el versículo 26, dice esto,
"El que confía en su propio corazón es necio".
Porque desde que Adán y Eva pecaron le han transmitido a sus descendientes el virus del egoísmo, el virus del yo, donde el hombre vive para sí y muchas veces muere para sí.
Jesús sabía que nuestro problema es con nuestro corazón. Así como lo denota en Génesis que del corazón salen las malas acciones Jesús entendió eso también.
Noten lo que dice en el evangelio según San Mateo el capítulo 6 y el versículo 21. Aquí Jesús dice, después de haber hablado de hacer tesoros en el cielo, etc. dice,
Yo pregunto, ¿dónde está el problema con el hombre? El problema que tiene el hombre ¿es con el dinero o es con el corazón?
Es con el corazón.
Si el corazón es malo, ¿cómo se va a usar el dinero? Mal.
Saben que yo pastoreo esta iglesia adonde estamos teniendo la reunión, y yo les puedo decir que hay personas en esta iglesia que tienen mucho dinero que no dan ni un centavo de diezmos y ofrendas.
Tienen un problema de dinero ¿sí o no? No. ¿Tienen un problema de qué? Tienen un problema de corazón. ¿El corazón es qué? Egoísta.
Y por eso acaparan dinero. El apóstol Pablo no dijo que el dinero es la raíz de todos los males. El apóstol Pablo dijo que el amor al dinero es la raíz de todos los males.
Un corazón egoísta ama el dinero y no quiere compartir con los demás. Como el joven rico, que profesaba guardar la ley de Dios.
Dice, "he guardado todos los mandamientos desde mi juventud, ¿qué mas me falta?" Jesús le dice, "sencillo, ve y vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres y tendrás tesoro conmigo en los cielos."
Y el joven rico se fue triste porque tenía muchas posesiones. ¿Dónde estaba el problema con el joven rico? Con el dinero ¿verdad que sí? No. con su corazón.
Saben en esta iglesia yo no tengo que predicar mucho sobre dinero, ni pedirle a la gente dinero, la gente que sabe, que asiste aquí, saben que muy raras veces predico sermones sobre dinero, sobre mayordomía, sobre diezmos, sobre ofrendas. porque a mí lo que mas me interesa es alcanzar el corazón de la gente, porque cuando alcanzo el corazón alcanzo el bolsillo también.
Cuando el corazón está bien el bolsillo está bien, la cartera está bien. Jesús sabía que el problema es con el corazón.
Noten también Mateo el capítulo 12 y el versículo 34. Aquí Jesús está hablando de nuestras palabras.
Y noten lo que Jesús tiene que decir en cuanto a las palabras. Dice, "¡Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno, siendo malos"? ¿Qué pasa con una persona que es mala? ¿Puede hablar bueno una persona mala? ¡No! Dice, "¿Cómo podéis hablar lo bueno siendo malos?
Porque de la abundancia del corazón habla la boca". ¿Dónde está el problema ¿con las palabras? ¿Con las palabras que salen? No.
El problema está ¿a dónde? En el corazón. "De la abundancia del corazon habla la boca". Saben que cuando yo era niño yo estudiaba en la ciudad de Caracas Venezuela, posiblemente hay algunos allá en la ciudad de Caracas viendo está programación por televisión, pero yo estudié en una escuela que se llama el Colegio Ricardo Greenwich y en esa escuela a veces, debo admitir, que usaba unas palabras que no debía usar, ¿y saben lo que pasaba? Cuando yo usaba esas palabras, mis maestros llamaban a mis padres, y les contaban que yo había usado malas palabras. ¿Y saben lo que pasaba?
No solamente me castigaban en la escuela sino cuando llegaba a la casa también. Y muy a menudo el castigo de mi mamá era muy sencillo.
Me llevaba al baño y me lavaba la boca con jabón, por haber usado malas palabras. Recientemente yo vi por ahí a mi mamá, ellos viven en Amarillo Texas.
Le dije, mamá, ¿sabes algo? No hiciste lo que debías haber hecho. Y ella dice "¿por qué? Porque me lavaste la boca, lo que tenias que haberme lavado es el corazón.
Porque de la abundancia del corazon ¿qué? Habla la boca. Si el corazón está bien las palabras que salen van a estar bien. Pero si tengo un corazón egoísta ¿qué clases de palabras van a salir?
Las palabras estarán acordes con el corazón.

En Proverbios 16:23 dice, "El corazón del sabio hace prudente su boca, y añade gracia a sus labios".
El corazón del sabio ¿hace qué?, prudente su boca. Podríamos cambiar eso y decir, "El corazón del fatuo hace necia su boca".
Es decir, el problema está ¿en qué cosa? En el corazón del hombre.
Noten también lo que dijo Jesús en Mateo 15 y el versículo 19.
Aquí Jesús está hablando de lo que entra y lo que sale del hombre. Y dice allí lo siguiente, escuchen bien.
"Porque del corazón'"¿de dónde? "del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias".
¿De dónde salen todas estas cosas? Del corazón.
¿Qué es lo que hay que remediar? El corazón.
Y yo no se si ustedes se han dado cuenta pero toda esta lista que tenemos aquí son violaciones de los diez mandamientos.
Homicidios, No matarás, adulterios,
No cometerás adulterio, fornicación tambien, hurtos,
No hurtaras, falsos testimonios,
No hablaras falsos testimonios, blasfemias,
No tomaras el nombre de Jehová tu Dios en vano.
Es decir, cuando el corazón es malo ¿qué hace la gente con la ley de Dios? La gente viola la ley de Dios. Cuando el corazón está bien, ¿qué hace la gente?
La gente guarda la Santa Ley de Dios. Es decir el problema no está con las malas acciones sino con la fuente que produce las malas acciones.
Todos conocemos lo que dice en Mateo el capítulo 5 y los versículos 27 y 28. Vayan conmigo un momento allí.
Y escuchen especialmente los hombres que estan aquí y los que esta viendo por televisión porque esto se aplica especialmente a los hombres aunque también se aplica a las mujeres.
Dice aquí en el versículo 27 Jesús, "Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón".
¿Cuándo es que uno comete adulterio? ¿Cuando cometió el acto o cuando codició a la mujer con el corazón?
Fijense que Jesús dice que una persona que mira a una mujer para codiciarla ya cometió adulterio, ¿dónde? en su corazón.
Y tarde o temprano esa actitud del corazón va a fructificar y va a usar ¿qué cosa? la acción del adulterio o el acto del adulterio.
Es decir, el hombre tiene un problema con el corazón.
Al principio Adán y Eva tenian un corazón puro que no llevaba sino al bien. Era un corazón que se preocupaba por ser fiel a Dios, por amar a los semejantes.
Pero cuando Adán y Eva pecaron el corazón se torció. Y ahora el corazón se tornó egoista, y del corazón no salía sino el mal. Jesús dijo "por sus frutos conoceréis la naturaleza del árbol.
Ahora yo pregunto, si un árbol de aguacate, no produce aguacates, ¿dónde está el problema? ¿El problema está con los aguacates o el problema está con el árbol? El problema está con la naturaleza del árbol.
Es decir, el problema es que los frutos son un reflejo de la naturaleza del árbol. Así como los frutos en nuestra vida son el resultado de la condición de nuestro corazón.
Es decir, nosotros necesitamos de alguna manera que Dios restaure la condición original en la cual nos encontrabamos. Que Dios sane, que Dios rectifique el problema que nosotros tenemos en el corazón. Y lo primero que necesitamos es reconocer la condición de nuestro corazón.
¿Y saben lo que nos revela lo malo que hay en nuestro corazon?
La ley de Dios.
Noten lo que dice en el libro de los Romanos, capítulo 7 y el versículo 7.
La ley de Dios nos dice en realidad lo que nosotros somos.
Dice, "¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás.
¿Cómo se yo que la codicia es mala? ¿Cómo se yo que la codicia es pecado? ¿Cómo se yo que el adulterio es malo? ¿Cómo se yo que el falso testimonio es malo? Sencillamente porque la ley me dice que todas estas cosas ¿son qué?
Todas estas cosas son malas. Es decir, la ley diagnostica el problema que tengo en el corazón. Y me dice, tú tienes un problema grave en tu corazón que necesita ser remediado.
La ley ley de Dios diagnostica el corazón y me muestra el corazón exactamente como es. Permitanme ilustrar lo que quiero decir. Supongamos que un individuo va a un médico. El médico le hace el examen.
Y el médico descubre que el individuo tiene cáncer. Y el individuo mira al médico y le dice al médico: ¿"Que yo tengo cáncer"? "Sí, hicimos todos los examenes y no hay duda alguna de que usted tiene cáncer".
Imaginese si ese individuo, si ese paciente dijera, "Ah, usted me dijo que tenia cáncer", y saca una pistola y mata al médico.
Yo pregunto, cuando el médico le muestra que tiene cáncer, ¿le está haciendo un bien o un mal?
Le está haciendo un bien. Porque cuando él se da cuenta que tiene cáncer, ¿qué va a buscar? Va a buscar a alguien que le cure el problema del cáncer.

Así es la ley. La ley me muestra que tengo un corazón malo.
Me muestra que tengo cáncer espiritual, y la ley me dice, "tú necesitas que te remedien el problema del corazón o sino tu corazón te va a matar".
Me muestra mi condición y me manda a buscar ¿una qué? una solución y me dice exactamente lo que soy sin mentir, gracias a Dios. Asi que lo primero que necesito conocer es mi corazón.
Necesito que Dios me muestre mi corazón pecaminoso, como soy yo en verdad, para que entonces yo pueda buscar ¿un qué? un remedio al problema.
Porque no voy a buscar un remedio sino considero que estoy ¿qué? enfermo. Permitanme darles otro ejemplo para que puedan entender.
La Biblia dice que la ley de Dios es como un espejo.
¿Qué pasa cuando ustedes se levantan por la mañana y se miran en un espejo? Cuando yo me miro en el espejo lo que veo es un desastre, cuando estoy recién levantado. Pues estoy despeinado, todavía no me he afeitado, me está saliendo la barba. Digo, no puedo salir a la calle así.
Yo pregunto, ¿el espejo me está diciendo la verdad? ¿Me está haciendo un favor el espejo? ¿Debo darle gracias a Dios por el espejo? ¡Oh, claro que sí! O es mejor decir, espejo mentiroso.
¿Cómo te atreves a decirme que yo necesito arreglo?
Y entonces agarro una piedra y rompo el espejo. ¿Eso soluciona mi problema? No. El espejo me está haciendo un favor. Me está mostrando a mí lo que en realidad soy. Sin mentir.
Para que entonces yo pueda buscar agua y jabón y el peine y arreglarme.
De la misma manera la ley de Dios me muestra que tengo un corazón enfermo. Que tengo el problema interno del pecado. Y que necesito remedio, necesito que sea curado mi corazón y entonces la ley me manda a buscar una solución a mi problema.
Cuando estaba recién yo llegado a Fresno, hace algunos años, ya llevo casi diez años aquí en la iglesia esta en Fresno, yo no sí como la gente me ha aguantado tanto tiempo, pero bueno, la Biblia dice, "aquí esta la paciencia de los santos" y en realidad la gente ha sido muy paciente aquí.
Y he disfrutado el tiempo que he pasado acá. Pero cuando estaba recién llegado, tuve un culto de oración buenísimo. Cantamos, oramos, estudiamos la Palabra. Yo estaba emocionadísimo y cuando salí me monté en el carro y empezé a subir por First Street allí, hacia mi casa. Y como iba tan emocionado no iba mirando el velocímetro y ustedes saben que esa zona son 40 mph y yo estaba andando como unas 55 mph que posiblemente 60.
Y en estas cuando voy emocionado y cantando de repente veo esa luz del policía atrás. Y llega el policía, me para, llega a la ventana del carro. Y dice, señor por favor deme su licencia de manejar.
Sí, sí, sí oficial como no. Saco la cartera y no consigo la licencia. Digo no, no tengo la licencia. Dice, bueno entonces deme la registración del carro. Ah eso sí, lo tengo ahí en la aguantera y voy abro la aguantera y busco en los papeles y tampoco tengo la resgistración.
Dice, bueno tiene la tarjeta de seguro. Ah eso sí lo tengo la tarjeta del seguro y busco entre los papeles y tampoco la tarjeta del seguro. Finalmente me dice, "mire, ¿cómo se llama usted y que hace? Me daba casi pena decirle, yo soy pastor de la iglesia allí a la vuelta de la esquina.
Porque los pastores deben obedecer las leyes. Y dice, ¿usted no sabe que estaba andando casi a 60 mph en una zona de 40? Le dije, sí oficial, usted tiene razón. Usted me está diciendo la verdad. Pero le dije, es que vengo de una reunión de la iglesia donde cantamos, nos fue tan bien, eso fue glorioso le dije, iba distraído.
El policia dice espere un momento y se fue allá a su automóvil y como tiene computadora buscó en la computadora mi nombre. Y llegó unos pocos minutos después, llega otra vez a la ventana del carro y dice, "Pastor Bohr, por esta vez se la voy a perdonar.
Y yo estaba diciendo, ¡gloria al Señor! Pero ahora escuchen bien, ¿hizo bien el policía? El policía no hizo bien. Y ustedes dicen ¿cómo es que no hizo bien? No le pusieron la multa. Claro, yo me fui contento porque no tuve que pagar la multa. Pero el policía no hizo bien. Dejenme explicarles por qué.
Yo había quebrantado ¿qué cosa? la ley. Y la ley exigía que yo si había quebrantado la ley ¿que hiciera qué cosa? Que pagara la multa. Y el papel del policía es hacer cumplir la ley.
Así que debería haber hecho ¿qué cosa? El debería haberme dicho. Te voy a poner la boleta y debería haberme puesto la multa. Ahora, hay otra forma que el policía podía haberlo hecho. Y aquí es que viene la parte linda.
El policía podría haber venido a la ventana y decir, "Mire Pr. Bohr, usted ha quebrantado la ley, yo soy la ley, soy el policía y yo sé por el radar que usted ha quebrantado la ley y yo veo que usted está triste por haber quebrantado la ley.
Usted está arrepentido ¿verdad? Oh sí, sí oficial, cómo no, estoy arrepentido. Y el oficial dice, ¿sabe lo que voy a hacer? Yo lo que voy a hacer es, yo voy a ir a la jefatura de la policía y yo le voy a pagar su ticket. Yo le voy a pagar su multa.
Yo pregunto, ¿el policía estaría haciendo bien ahí? Sí, porque eso se llama gracia. Yo pregunto, si el va y paga la multa, ¿la multa queda pagada? Claro que sí. ¿Pero no la paga quién? No la pago yo, el culpable, sino que la pagó el inocente.
Me están entendiendo lo que estoy diciendo? La ley me muestra que yo soy ¿qué cosa? Pecador y culpable. La ley no me puede salvar porque la ley exige el pago por haberla quebrantado.
¿Pero qué dice Jesús? Jesús dice, "mira yo voy a pagar tu multa, yo voy a pagar por tus pecados. Yo llevé esos pecados a la cruz del calvario, yo pagué tu multa.
Y yo me puedo ir alegre a mi casa, seguro del perdón. No porque yo soy bueno sino porque Jesús es bueno. No porque yo pagué sino porque él pagó.
¿Me están entendiendo lo que estoy diciendo? Y claro después que el policía me perdonó la multa, la próxima vez que estoy pasando por esa calle aquí en First Street, 80 mph, a toda velocidad y el mismo policía me para al siguiente día y mira y dice, "¿usted no es el que paré ayer?"
Y yo le digo con una sonrisa, "Sí oficial". Y el oficial dice "¿y usted no aprendió nada de lo que pasó ayer?" y le digo yo, sí, que usted está pagando. ¿Qué creen que va a hacer el oficial? El oficial me va a poner la multa de hoy y la de ayer también. ¿No es así?
Es decir el hecho de que el policía pagó mi multa no significa por eso que ahora yo tengo libertad para violar la ley. Porque la actitud hacia ese policía ¿que voy a querer hacer? Cada vez que paso por ahí, inclusive hasta el día de hoy, cada vez que paso por aquí por la esquina de Clinton y First, me acuerdo de esa experiencia.
Y me acuerdo que el policía no hizo lo que debía haber hecho. Debería haber ido a pagar la multa, pero me la perdonó. Es decir, mis queridos hermanos y hermanas, yo nazco con un corazón torcido. La ley me muestra lo que soy, exactamente, no miente.
Si soy adúltero me dice eres adúltero. Si odio a mi hermano me dice, tu odias a tu hermano y eso es pecado. Si hablo falso testimonio la ley lo dice clarito. Si practico idolatría la ley me lo dice. La ley no miente.
Y la ley dice, la paga del pecado ¿es qué cosa? La paga del pecado es muerte. La ley en otras palabras revela mi pecaminosidad. Revela lo malo que es mi corazón con el fin de que yo vaya a buscar ¿un qué?
Yo vaya a buscar un remedio. Ahora yo pregunto, ¿cuántos de nosotros hemos pecado? Todos hemos pecado. Y saben que cuando la ley me muestra que soy pecador y me muestra la muerte, algo sucede.
La ley dice, yo no te puedo librar porque yo exijo que tu seas castigado. Pero la ley dice, hay uno que sí te puede resolver el problema. Y es aquel que pagó la deuda que yo exijo.
Porque yo exijo la muerte, la paga del pecado es muerte, yo no estoy en asunto de misericordia, dice la ley.
Yo sencillamente muestro el pecado y que debes morir. Yo no te puedo resolver el problema. Pero dice, si tú vas a Jesús, el cargó la culpa de tu pecado. El sufrió la muerte que tú debes sufrir.
Si tú lo aceptas a él, tú eres acepto en el amado.
Noten lo que dice en el libro de Gálatas en el cap. 3 y el vers. 13. Un lindo versículo de la Escritura.
Dice allí, "Cristo nos redimió de la maldició de la ley",
¿por qué la ley nos maldice? ¿Por qué es que la ley nos maldice? ¿Porque somos qué? Pecadores.
La ley no es mala. La ley es buena. Yo soy malo y la ley me maldice porque soy pecador.
Dice, "Cristo nos redimió de la maldición de la ley", ¿y cómo lo hizo? "hecho por nosotros maldición".
Es decir, Jesús pagó la multa que yo debo pagar, "(porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero)". Ahora, como me voy a sentir yo cuando yo miro a la cruz de Jesús y veo que Jesús cargó con la pena que yo debia sufrir. Cuando lo veo colgado en la cruz clamando, "Dios mío, Dios mío ¿por qué me has desamparado?
Cuando veo al Señor Jesucristo sudando gotas de sangre en el Getsemaní, orando para que su Padre quite la copa, cuando veo lo horrible que es el pecado, lo terrible que es el pecado y lo terrible que hizo con Jesús, ustedes creen que yo voy a seguir pecando, cuando veo lo que el pecado hizo con Jesús.
Claro que no. Es decir, la ley, quiero que entendamos esto, la ley me muestra mi pecaminosidad y dice, yo no te puedo resolver el problema de tu corazón. No puedo resolver el problema de tu pecado porque yo lo que exijo es que si tú pecas, mueres.
Pero la ley dice, allá hay uno que cargó tu desobediencia a la ley y sufrió terriblemente por tus violaciones de la ley. Si tú lo recibes a él, ya él sufrio el castigo en tu lugar.
Tú no tienes que sufrir, ya el pagó la multa que tú debes pagar que es la muerte. Yo les pregunto, ¿creen ustedes que en ese momento se despierta en mi corazón gran gratitud en mi corazón para con Dios? Claro que sí. Escuchen bien. En ese momento se realiza en mi corazón un cambio, y yo miro a Jesús en la cruz, y digo, Señor, es terrible el pecado.
Mira lo que te hizo el pecado. Yo no quiero mas nada que ver con ese monstruo. Y de repente ahora se empieza a realizar un cambio en mi corazón. Ahora no quiero pecar porque el pecado llevó a mi Jesus a la cruz.
Lo hizo sufrir.
Me hace pensar de la experiencia de Adán. Imaginense ustedes cuando Adán y Eva pecaron que Dios le dijo a Adán, "mira tienes que conseguir dos corderos", en un mundo donde nunca existia la muerte.
Hasta ese momento Adán habia justificado el pecado. Habia dicho, "no, la mujer que tú me diste". Es decir, "tú tienes la culpa porque me diste la mujer".
El no sentía arrepentimiento por el pecado. El no veía lo terrible que era el pecado. ¿Saben cuándo Adán se dio cuenta lo terrible que era el pecado? Se dio cuenta cuando tuvo que tomar esos dos animales y rajarles la garganta y ver chorrear la sangre y de repente esos corderos estan inertes, en opraso de Adán. ¡Terrible! En un mundo donde no había muerte.
Y entonces Dios según leímos en Génesis 3:21, toma esos mantos y cubre la desnudez de Adán y Eva. Y Dios luego les explica. les dice, "el pecado de ustedes es tan terrible, exije la muerte y estos corderos representan a la simiente que va a venir, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Así de terrible es el pecado. Le va a costar la vida a su Creador. ¿Creen ustedes que ahora Adán veía el pecado desde una perspectiva distinta?
Claro que sí. Ahora no quería excusar el pecado, sino que veía lo terrible que era el pecado y no quería mas nada que ver con el pecado.
Se realizó en su corazón un cambio que se llama la conversión o el nuevo nacimiento, cuando vio el sacrificio de los corderos representando el sacrificio de Jesús.
Su corazón fue quebrantado y ahora su corazón era diferente que antes de este momento. ¿Saben ustedes que Dios es el gran cardiólogo celestial?
Pero Dios solamente hace una clase de cirugía. Dios no mete marcapasos. ¿Pacemakers? No. Dios no anda cambiando válvulas.
Dios no hace by-pass. Dios solamente hace una clase de operación. ¿Y saben que operación es? Transplantes.
Cambia un corazón necio y torcido a un corazón que ama a Dios y ama a los semejantes cuando ve lo que costó el pecado.
Quiero que noten el libro de Ezequiel el cap. 36 y el vers. 26, 27. Fijense que linda esta promesa de Dios.
Dice aquí, "Os daré", escuchen bien, "corazón nuevo".
¿Cuántos le gustaría tener corazón nuevo? Dice, "os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra", es decir el corazón egoista, el corazón duro, "y os daré un corazón" ¿de qué? "de carne". Un corazón tierno.
Y luego fijense, ¿qué vamos a hacer cuando tengamos ese corazón nuevo? Dice el versiculo 27, "Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra". Es decir, cuando Dios cambia el corazón ¿vamos a obedecer a Dios?
Claro que sí. Pero le vamos a obedecer no porque tenemos que hacerlo sino porque queremos hacerlo porque lo amamos.
Porque hemos visto lo que el pecado cuesta. Yo he estado casado, ¿les digo cuántos años he estado casado? He estado casado 34 años.
Y cada año le doy a mi esposa un regalo de aniversario. ¿Saben por qué le doy el regalo de aniversario?
Porque si no se lo doy me pone a dormir en el garage. Porque si no le doy el regalo de aniversario, no me hace la comida.
Porque si no le doy el regalo de aniversario me toca planchar mis propias camisas. ¿Ustedes creen que yo le doy el regalo de aniversario por eso? ¿Porque estoy obligado a hacerlo?
No.¿Saben por qué? Para mí es un deleite darselo. Porque hay amor.
¿Me están entendiendo? Cuando yo amo a Dios de corazón, va a ser un deleite obedecerle.
Por eso el Señor Jesucristo dijo, "Si me amáis, guardad mis mandamientos". Hoy en día los cristianos dicen, "la ley, los mandamientos, eso no hay que guardarlo, pues eso fue clavado en la cruz".
Los que dicen eso no conocen lo que es recibir un nuevo corazón. No nos salvamos porque guardamos la ley, sino que Dios nos salva, y luego por deleite guardamos la ley.
Y el que dice, no tengo que obedecerle porque le conozco, es mentiroso, dice la Biblia, y la verdad no está en él.
Noten la linda promesa tambien en el libro de Jeremías, en el cap. 31 y el vers. 33. Dice aquí esta linda promesa,

"Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová. Daré mi ley" ¿en su qué? "en su mente, y la escribiré en su corazón, y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo".
Saben que muchos cristianos hoy en día dicen, "Yo no estoy bajo el viejo pacto, porque estoy bajo el nuevo pacto.
En el antiguo pacto era por ley, ahora es por gracia". Los que dicen esto no saben lo que están hablando.
Porque en ambos pactos hay ley. La única diferencia es que en el viejo pacto los diez mandamientos estaban escritos en tablas de piedra mientras que en el nuevo pactos los diez mandamientos estan escritos en el corazón.
Los mandamientos no cambian, lo que cambia es el lugar en que están escritos los diez mandamientos.
De nada me vale tenerlos escritos en tablas de piedra. Para yo poder obedecer y querer obedecer a Dios tengo que tener esos mandamientos escritos ¿adonde?

En el corazón. Saben que hay una profecía mesiánica muy bonita en cuanto a Jesús. Se encuentra en el Salmo 40 y vers. 8. donde dice el salmista hablando de Jesús, "Me deleito en hacer tu voluntad, tu ley esta escrita en mis entrañas o en mi corazon".
¿Por qué se deleitaba Jesús en hacer la voluntad de su Padre? Porque la ley estaba escrita ¿dónde?, la ley estaba escrita en el corazón.
Es decir, la única forma en que puede cambiar nuestra conducta, es si Dios transforma y cambia nuestro corazón por medio de la experiencia que se llama el nuevo nacimiento o la conversión.
Pero escuchen bien. ¿Qué va a pasar después que Dios nos da un nuevo corazón? Saben que si no alimentamos bien ese nuevo corazón ese corazón se daña también. Por eso aunque Dios nos de un nuevo corazón debemos alimentar diariamente ese corazón para mantenerlo limpio.
Ustedes conocen la bienaventuranza de Mateo 5:8 donde dice, "Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios".
Pero una vez limpio, no siempre limpio. Cristo nos da un corazón nuevo, nos limpia el corazón pero luego hay que mantener el corazón limpio. Y ustedes dicen, Pero Pr. Bohr, ¿cómo puedo mantener mi corazón limpio?
Tienen que alimentarlo bien. Ustedes saben que pueden recibir un transplante de corazón pero si siguen comiendo un montón de colesterol ese corazón se les enferma tambien.
De la misma manera Dios nos cambia el corazón. Pero si seguimos alimentándonos espiritualmente de lo que daña nuestra vida espiritual ese corazón se enferma también.
Ahora ¿qué es lo puede mantener el corazón limpio? Noten el Salmo 119, y los versiculos 9 al 11. Este es un pasage hermoso que esta hablándole primordialmente a los jóvenes, pero también yo creo que tiene un mensaje grande para los adultos.
Dice aquí, y el salmo 119 es el samo mas largo de la Biblia.

Dice, "¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra. Con todo mi corazón te he buscado; No me dejes desviarme de tus mandamientos".
Ahora escuchen esto, "En mi corazón he guardado tus dichos", es decir tus palabras, para no qué, "para no pecar contra ti".
¿Cómo mantengo el corazón limpio? Metiendo en mi corazon las palabras ¿de quién? De Dios en la Biblia.
¿Que sucede cuando yo meto en mi corazon mucha television, novelas? Saben que las novelas enfatizan la honestidad, la fidelidad matrimonial, todas esas cosas, ¿verdad que sí?
No, claro que no. ¿Qué enfatizan las novelas? El adulterio, la mentira, la trampa, el odio, el asesinato, y cuando nosotros vemos eso ¿qué pasa con el corazón?
El corazón se ensucia.
El corazón se va dañando de nuevo. Se vuelve egoísta. ¿Qué tengo que hacer para mantener puro mi corazón, el nuevo corazon que Jesús me da?
Lo que tengo que hacer es llenarlo de cosas buenas.
Llenarlo con los dichos de Dios. Por eso en Efesios 5 y el versículo 26, que ustedes tienen en su lista dice que Dios limpia el corazón por el lavacro de la palabra, el agua del lavacro de la palabra.
En San Juan 15:3 el Señor Jesucristo dice, "ellos todos son limpios por la palabra que os he hablado".
Es decir tenemos que llenar nuestra mente y nuestro corazón de la palabra de Dios, de la oración, de cosas espirituales, y entonces tendremos un corazón sano, un corazón fuerte.
Ustedes recuerdan la experiencia de David. Dice que salio un día al balcon del palacio y vio esta mujer Betsabé, muy hermosa, que era la esposa de Urías, dice la Biblia que cometió adulterio con ella.
Y mandó a matar a su esposo, para poderse quedar con esa mujer. Es decir, adulterio y asesinato.
Pero la Biblia dice que finalmente David se arrepintió, cuando Natán el profeta fue a hablar con él. Le dijo "tú eres ese hombre que has hecho mal delante de Jehová".
Como resultado David escribió ese famoso Salmo 51. Y en el Salmo 51 pide dos cosas. En los versículos 1 y 2 pide que Dios perdone su pecado y en el versículo 10 pide a Dios que le de un corazón limpio y renueve un espíritu recto dentro de él. Que esa sea nuestra experiencia es mi oración. Por: http://apocalipsis18-4.com/

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