¡Esto es lo que Jesús hizo por mí!
1.
Jesús fue igual a Dios en todos los sentidos. Pero no "estimó ser igual
a Dios como cosa a que aferrarse". Se entregó libremente y llegó a ser
igual a un esclavo.
Llegó a ser un hombre en este mundo y participó de la vida de los seres humanos (Filipenses 2:6-7)
Llegó a ser igual a mí para participar de mi vida y de mi destino.
¡Esto es lo que Jesús hizo por mí!
2. Jesús nació en un establo --no en un
hotel de cinco estrellas ni en la sala de parto de una famosa clínica
ni en una habitación privada con una partera privada y un médico
privado--. Nació en un establo para participar de la vida de las personas que duermen en la calle y de los abandonados, de los que nadie se preocupa.
¡Esto es lo que Jesús hizo por mí!
3.
Jesús nació de una virgen, resultado de un milagro divino. Pero sus
enemigos lo acusaron por haber nacido fuera del matrimonio. Sin embargo,
la misión de su vida fue participar de la vida de muchos
despreciados, hijos ilegítimos nacidos en este mundo. El participa de la
vida de los que son rechazados, estigmatizados, condenados y
despreciados --o se desprecian a sí mismos-- porque no nacieron en una
familia «normal» o porque nacieron fuera de la unión matrimonial.
¡Esto es lo que Jesús hizo por mí!
4. Jesús vino a esta Tierra sin ninguna posesión, para participar de la vida de los millones de pobres que habitan este planeta.
De este modo, mostró a todos los pobres que la pobreza no es un signo
del rechazo de Dios. Jesús llegó a ser uno con el pobre y permaneció
pobre hasta el fin de su vida.
¡Esto es lo que Jesús hizo por mí!
5. Jesús nació en el hogar de un carpintero. Su rutina diaria fue el trabajo duro de un artesano. De esta manera, participó
de la vida de quienes realizan un trabajo práctico y simple. Honró a
quienes trabajan fielmente y llegó a ser uno con ellos, sin importarle
de cuán humilde fuera ese trabajo.
¡Esto es lo que Jesús hizo por mí!
6.
Los primeros en escuchar acerca del nacimiento de Jesús no fueron los
líderes religiosos, los sacerdotes y profetas, o los rabinos más
espirituales y dignamente respetados, sino simples pastores que cuidaban
sus ovejas durante la noche. Pastores --hombres poco respetados por la
sociedad-- a quienes se les estaba vedado participar de las actividades
religiosas del pueblo. Cuando los ángeles les hablaron del nacimiento de
Jesús, sintieron temor. En este sentido, Jesús participó de la vida
de los marginados, aquellos de quienes nadie espera ningún aporte
espiritual, que viven al margen de la sociedad y hacen trabajos que
nadie valora o que nadie quisiera hacer. Llegó a ser uno con los que
pasan inadvertidos por la iglesia y con los que no esperan encontrarse
con Dios, y tienen miedo.
¡Esto es lo que Jesús hizo por mí!
7. Cuando Jesús era aún un niño, sus padres huyeron con él hacia Egipto. Estaba marcado para ser asesinado. De esta manera, participó de la vida de millones de refugiados, los que huyen de la violencia, la guerra, el hambre y la persecusión. Para los refugiados, llegó a ser un refugiado.
¡Esto es lo que Jesús hizo por mí!
8. Jesús vivió como un extraño y un extranjero en Egipto. En este sentido, participó de la vida de todos los extranjeros, refugiados y exiliados.
¡Esto es lo que Jesús hizo por mí!
9. Después de muchos años, Jesús volvió a Nazaret, una ciudad de mala reputación. De esta manera, participó
de la vida de todos los refugiados que van a una tierra desconocida,
teniendo que empezar de la nada en las peores condiciones.
¡Esto es lo que Jesús hizo por mí!
10. Llegado el cumplimiento del tiempo, Jesús fue bautizado por Juan en el río Jordán para hacer la voluntad de su Padre. Así, llegó
a ser uno con todos los pecadores y los perdidos que están deseando
confesar sus pecados, transformar sus vidas y ser bautizados; es decir,
hacer la voluntad del Padre.
¡Esto es lo que Jesús hizo por mí!
11. Después de esto, Jesús fue al desierto, donde fue tentado por Satanás. Tuvo que enfrentar las tentaciones. En este sentido, participó de la vida de quienes son probados en la lucha de la vida y enfrentan las tentaciones de Satanás. Jesús fue probado hasta el extremo. Conoce y participa de las luchas internas que enfrentan quienes son tentados y probados.
¡Esto es lo que Jesús hizo por mí!
12.
Jesús fue rechazado en Nazaret, su ciudad de crianza, y fue empujado
hasta el borde de un precipicio por una turba enfurecida. De esta
manera, participó de la vida de quienes son rechazados por sus
amigos y familiares a causa de sus creencias. Participó de la suerte de
quienes son empujados al borde de la existencia por las circunstancias
de la vida.
¡Esto es lo que Jesús hizo por mí!
13.
A causa de que Jesús realizó un sanamiento en sábado, los dirigentes
religiosos de su tiempo quisieron matarlo. De este modo, Jesús participó
de la vida de todos los que son perseguidos por los líderes religiosos,
por su iglesia o sus representantes, como consecuencia de hacer lo que
Dios les ordenó que hicieran. El participó de la vida de quienes se encuentran con el rechazo, la exclusión y la persecución a causa de su fidelidad.
¡Esto es lo que Jesús hizo por mí!
14.
Jesús liberó a la gente de la esclavitud demoníaca, echando fuera a los
malos espíritus, y sanó a la gente que estaba subyugada por Satanás.
Muchos sugirieron que no hizo esto con el poder divino, sino con el
poder del diablo. De este modo, Jesús participó de la vida de
quienes son acusados de estar del lado del mal o de recibir poder del
príncipe de las tinieblas y ayudarlo para tentar a los santos. Jesús
participó de la suerte de quienes son totalmente malinterpretados y
rechazados.
¡Esto es lo que Jesús hizo por mí!
15.
A menudo Jesús fue malinterpretado aun por sus compañeros más cercanos.
Muchas veces tuvo que decirles que ellos no comprendían sus dichos y
sus acciones. De este modo, Jesús participó de la vida de quienes son incomprendidos y malinterpretados:
quienes dan lo mejor de sí, pero a pesar de todo no pueden convencer a
los demás y tienen que soportar la carga de ser malinterpretados.
¡Esto es lo que Jesús hizo por mí!
16. Jesús fue entregado a sus enemigos con el beso de uno de sus discípulos. De este modo, participó
de la vida de quienes son cruelmente traicionados, vendidos por dinero,
vapuleados y enviados a la muerte con una sonrisa dibujada en los
labios de un familiar, de un amigo o de un compañero de trabajo, toda
gente confiable.
¡Esto es lo que Jesús hizo por mí!
17.
Jesús fue arrestado sin que jamás haya herido a otra persona. Fue
tratado como un criminal, con espadas y palos. De este modo, Jesús participó
de la vida de quienes son violentamente arrestados con falsos cargos y
encarcelados, porque no encajan dentro del sistema político, porque
pertenecen a una religión «errada», o porque confiesan el nombre de
Jesús y hacen el bien en su nombre. Son inocentes, pero se los quita porque causan disturbios.
¡Esto es lo que Jesús hizo por mí!
18.
Jesús no solamente fue traicionado por uno de sus compañeros más
cercanos, sino también desamparado por todos y negado por lo menos por
uno. De este modo, Jesús participó de la vida de quienes son abandonados o aun negados por sus amigos y conocidos:
hijos cuyos padres los abandonaron; padres y madres ancianos, olvidados
y desamparados, porque sus hijos no los cuidan; personas cuyos
familiares se avergüenzan de ellos y los abandonan, porque cayeron en
situaciones de profunda necesidad, en enfermedad o en desgracia; y
personas cuya dignidad es pisoteada.
¡Esto es lo que Jesús hizo por mí!
19.
Jesús fue ridiculizado por hom-bres pecadores. Le vendaron los ojos y
le pegaron, diciéndole que adivinara quién lo había herido. Se rieron y
se abusaron de él, lo ataron y lo escarnecieron. De este modo, Jesús participó de la vida de quienes son ridiculizados, encarnecidos, golpeados, atados y sádicamente torturados. Tiene esto en común, especialmente, con los que son víctimas del abuso en nombre de la religión y del nombre de Dios.
¡Esto es lo que Jesús hizo por mí!
20.
Aunque inocente, Jesús fue sentenciado a muerte. Fue condenado a morir
sin razón alguna y soportó las torturas más crueles conocidas entonces:
una lenta muerte de cruz, bajo un sufrimiento indecible. De este modo,
Jesús participó de la vida de quienes son condenados a morir
inocentemente, torturados y cruelmente asesinados. Jesús participó de su
dolor y de su muerte injusta.
¡Esto es lo que Jesús hizo por mí!
21. Mientras pendía de la cruz, y padeciendo un dolor terrible, Jesús oró: "Padre, ¡perdónalos!" Jesús participó
de la vida de quienes, a pesar de la injusticia y la crueldad, se
niegan a que sus corazones se endurezcan por el odio, por la soberbia y
por el rencor. Jesús permaneció fiel a sí mismo, e incluso fue auténtico en el mayor padecimiento. Además de esto, Jesús participó de la vida de quienes permanecen fieles a sus convicciones a pesar de las circunstancias más negativas.
¡Esto es lo que Jesús hizo por mí!
22.
Jesús no permaneció muerto durante mucho tiempo. Como lo había
predicho, se levantó de la muerte al tercer día. Jesús resucitó, su
tumba está vacía, ¡la muerte no pudo retenerlo! Y de este modo, Jesús participó de la vida de aquellos para quienes la muerte no es el fin del ser.
Debido a que confían en Dios y ponen su esperanza en lo que Jesús hizo
en la cruz, resucitarán como él lo hizo; vivirán eternamente, porque él
vive por siempre al lado de su Padre. Honrarán a Jesús como él honró a
su Padre, coronándolo como Señor de señores. Todos ellos honrarán al
Padre, confesando que Jesús es el Señor.
¡Esto es lo que Jesús hizo por mí!
"Aunque
era de naturaleza divina, no insistió en ser igual a Dios, sino que
hizo a un lado lo que le era propio, y tomando naturaleza de siervo
nació como hombre.
Y al presentarse como hombre se humilló a sí mismo, y por obediencia fue a la muerte, a la vergonzosa muerte en la cruz.
Por
eso, Dios le dio el más alto honor y el más excelente de todos los
nombres, para que, al nombre de Jesús, doblen la rodilla todos los que
están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra, y todos
reconozcn que Jesucristo es el Señor, para honra de Dios" (Filipenses
2: 6-11).
Anonimo. Jovenes Cristianos.com