El precio del Alcoholismo
"¡Ay
de los que se levantan de mañana para seguir la embriaguez; que se
están hasta la noche, hasta que el vino los enciende! ... y no miran la
obra de Jehová, ni consideran la obra de sus manos. Por tanto, mi pueblo
fue llevado cautivo, porque no tuvo conocimiento...Por eso ensanchó su
interior el Seol, y sin medida extendió su boca". (Isaías 5.11-14)
¡QUE CONDENACION TAN ENERGICA contra la embriaguez! ¿No se tratará
solamente de una hipérbole? (figura de dicción exagerada para enfatizar
una afirmación).
¿O podríamos considerarla como representación real de todos aquellos que se aficionan al exceso de bebidas embriagantes?
La experiencia personal de todos los que tenemos contacto con
personas que padecen de "problemas con la bebida" es prueba evidente de
que el profeta hablaba con conocimiento divino, y que sus palabras son
actualmente tan vivas y vigentes, como lo fueron hace siglos, cuando él
expuso este cuadro terrible del bebedor habitual o alcohólico.
EL CRECIMIENTO ALARMANTE DEL ALCOHOLISMO EN EL MUNDO
Incontables naciones del mundo están bajo el azote del problema
creciente del alcoholismo, y entre ellas está la de Estados Unidos de
Norteamérica. Este país se ha preocupado y alarmado, y en los círculos
más elevados del gobierno se ha iniciado una guerra sin cuartel contra
este mal social y moral. La Escuela de Estudios sobre el Alcohol, de la
Universidad de Yale, ha efectuado un estudio minucioso de los efectos de
la embriaguez habitual sobre el individuo.
Las revelaciones obtenidas de dicha investigación son que el exceso
de ingestión de bebidas alcohólicas era uno de los factores principales
que contribuyen en un 20% del total de divorcios; un 25% de trastornos
mentales y emocionales; un 37% de casos de familias que sufren
indigencia; 47% de casos comprobados de explotación, malos tratos y
descuido de los niños; 50% de delitos contra la sociedad. También, que
un 50% de accidentes de tráfico de consecuencias fatales, son el
resultado de que uno o ambos de los que manejan los vehículos se hallan
bajo la influencia del alcohol. Tales resultados, en una nación donde se
calcula que existen más de cinco millones y medio de alcohólicos,
evidencian que las acusaciones inspiradas del profeta Isaías no eran
exageradas, y que conservan su validez hasta nuestros tiempos.
Es necesario que estos porcentajes sean considerados a la luz de las
tragedias y sufrimientos personales que encierran (no solamente de los
responsables, sino de las víctimas inocentes) y no sólo como un simple
conjunto estadístico de números impersonales.
Es indiscutible que la embriaguez ha empujado a los que la padecen a
cometer toda clase de crímenes emocionales y físicos tanto contra ellos
mismos como contra los que los rodean. Ha convertido a la persona en un
esclavo que, perdida toda libertad individual, llegará hasta las
acciones más irrazonables, con tal de conseguir más bebida cuando la
necesite. Ha privado a tal individuo de su conocimiento y raciocinio
humanos, y destruido su poder de hacer decisiones inteligentes. Tales
ebrios, verdaderos "poseídos", crean a su vez un infierno ilimitado para
ellos y los suyos.
EBRIOS POBRES Y EBRIOS RICOS
Tampoco debe pensarse únicamente en el pobre infortunado, carente de
todo bien material, que entra y sale tambaleante de las cantinuchas de
los barrios bajos de nuestras ciudades o poblaciones, para quedarse
tirado después en la calle, sumido en su estupor alcohólico. Ellos no
son los únicos a quienes se refería el profeta, o los sujetos de los
incontables estudios científicos sobre el alcoholismo.
Es cierto que forman parte de las estadísticas actuales; pero no lo
son menos que, por ejemplo, la dama de sociedad elegantemente ataviada,
que recibe y atiende en suntuoso salón a personajes famosos, en un
cóctel que luego es comentado en las columnas periodísticas sociales.
Ella puede formar parte también de esas estadísticas. El hecho de que
sus sirvientes tienen que llevarla hasta su lecho cuando ya está
"mareada" por tantas bebidas que tomó... y llevarle a la mañana
siguiente la bebida que ordena al despertar, la coloca en igualdad con
el humilde ebrio, que despierta entumido en el arroyo de la calle donde
cayó la noche anterior y tiene que buscar otra cantinucha abierta a esa
hora temprana, para tomar una nueva "copita" que dará calor a su cuerpo y
una ilusión de mejoría.
En su estado emocional, físico y espiritual, ambos son idénticos. Los
dos son ebrios, porque fueron dominados por la sed del alcohol, y no
consideraron la obra del Señor, ni demostraron ser poseedores de buen
juicio. Ambos han creado su propio infierno y, peor aún, el de los que
los rodean o dependen de ellos.
¿QUE ES UN EBRIO?
La embriaguez es un problema universal creciente. Los fabricantes de
bebidas alcohólicas invierten cantidades fabulosas de dinero para
presentar sus productos en las formas sociales y ambientes más
atractivos. Por supuesto, que jamás revelarán cuántos seres humanos
fueron destrozados social, moral y físicamente por esos mismos o
parecidos productos.
La mayoría de las víctimas que sufren de esta maldición social o
moral, tienen mucho empeño en negar que son alcohólicos. Afirman siempre
que sólo en raras ocasiones "se les pasa la mano" al beber.
¿Quién es un ebrio, entonces? No importa si es uno que da grasa a los
zapatos o vende periódicos; o si es abogado, o doctor, o miembro del
clero (Sí, también los hay en esta clase, porque es bien sabido que en
el país del Norte ya citado, hay varios monasterios sostenidos por una
de las órdenes religiosas más grandes, para curar a sus sacerdotes
alcohólicos). Todo hombre o mujer que deba forzosamente tomar una, o
dos, o más copas, antes de la hora de comer a mediodía para tranquilizar
sus nervios, y a volver a tomar bebidas alcohólicas en la cantidad que
sea para poder dormir en la noche, esa persona es, indiscutiblemente, un
ebrio. Probablemente no se tambalearán después de tomar sus copas, ni
serán dominados por el estupor alcohólico; pero sus capacidades mentales
y físicas ya están completamente dominadas por los efectos depresivos
del alcohol.
¿COMO PUEDE AYUDAR AL ALCOHOLICO?
Unicamente cuando estas víctimas del alcohol reconozcan su problema
ante ellos mismos, y se digan: "Soy un ebrio, y necesito que se me
ayude". De otro modo su situación irá empeorando progresivamente y los
llevará a la autodestrucción, así como a lastimar y aún destruir a otros
en su proceso de desintegración. Aparte de la ayuda personal que estas
personas pueden obtener de la comunidad cristiana y de Dios mismo,
también existe ayuda médica para ellas. Me permito también sugerir a
todas estas personas "enfermas incurables" si no se atienden, que
busquen de inmediato al grupo de "Alcohólicos Anónimos" de su localidad,
donde encontrarán la ayuda más efectiva, comprensiva y considerada que
está al alcance de los que padecen esta tremenda adicción a las bebidas
fuertes.
LA ACTITUD DEL CRISTIANO PARA CON EL ALCOHOLICO
Todo cristiano libre de este problema debe considerar a los que lo
padecen como merecedores de toda clase de esfuerzos posibles para
ayudarlos a salvarse de esa verdadera esclavitud. Aún cuando la reacción
más natural sea la de repeler o enojarse contra ellos, por el mal que
causan a otros inocentes, este repudio no lograra evitar sufrimientos de
la víctima y los afectados por su vicio. Es indispensable que
reconozcamos que la embriaguez es una enfermedad social y moral y que la
Palabra de Dios enseña con toda claridad que los que la padecen han
caído "en cautividad, porque no tienen conocimiento". Nuestro servicio
para ellos debe ser, por lo tanto, el ayudarles a obtener el
conocimiento de su condición, es decir su admisión de que son
alcohólicos. Señalarles las consecuencias de su condición, y cómo pueden
librarse de la esclavitud que se ha enseñoreado de sus mentes y sus
cuerpos.
Entonces, no olvidemos que nuestro deber, nuestra tarea es ayudarlos a
salvarse, y no condenarlos, ¡porque ellos mismos ya se han condenado al
infierno en el que viven!
"¿Para quién será el ay? ¿Para quién el dolor?
¿Para quién las rencillas? ¿Para quién las quejas?
¿Para quién las heridas en balde? ¿Para quién lo amoratado de los ojos?
Para los que se detienen mucho en el vino,
Para los que van buscando la mistura.
No mires al vino cuando rojea,
Cuando resplandece su color en la copa,
Se entra suavemente;
Mas al fin como serpiente morderá,
Y como áspid dará dolor.
Tus ojos mirarán cosas extrañas,
Y tu corazón hablará perversidades,
Serás como el que yace en medio del mar,
O como el que está en la punta de un mastelero.
Y dirás: Me hirieron, mas no me dolió;
Me azotaron, mas no lo sentí;
Cuando despertare, aún lo volveré a buscar".
(Proverbios 23.29-35)
(OTROS PASAJES BIBLICOS sobre la embriaguez para su estudio
se encuentran en: 2 Samuel 11.13; Efesios 5.18; Prov. 23.20, 21; Isaías
24.20; 1 Cor. 5.11; 1 Cor. 6.10; Romanos 13.13; y Gálatas 5.21.)Jovenes Cristianos